miércoles, 21 de diciembre de 2011

Todos sobre el Renacimiento












Renacimiento

Es una época de renacer, de la edad media a la Edad Moderna, que se sitúa en los siglos XV y XVI. Su inspiración dominante fue el humanismo; la especulación metafísica y la preocupación exclusiva por la salvación del alma cedieron a un nuevo interés por el hombre mismo, y a un nuevo concepto de éste como ser racional, sensitivo y dotado de voluntad, que tenía derecho a gozar de los bienes terrenales, el redescubrimiento de los clásicos griegos y latinos hizo valorar cuanto habían alcanzado en las letras, las artes y las ciencias las civilizaciones anteriores al cristianismo, y fue estímulo para el ansia de creación y emancipación intelectual de la época; los ideales religiosos medievales (monaquismo, ascetismo) fueron duramente criticados; Se exaltó en cambio el individualismo, la autosuficiencia, y sobre todo él <>, el desarrollo completo de la personalidad, tanto en lo físico como en lo intelectual; aparecieron figuras extraordinarias como Leonardo da Vinci, a la vez, pintor, escultor, arquitecto, poeta, ingeniero y pensador; el deseo de saber no se limitó a libros de estudio escritos en latín, y para satisfacerlo empezaron a escribirse las lenguas vernáculas; cristalizaron así varios idiomas modernos en sus formas definitivas, con escritores representativos como Ariosto, Tasso y Maquiavelo, en Italia; Vives, Gracilazo y Cervantes, en España; Gil Vicente y Camóens, en Portugal; Rabelais, Montaigne y Ronsard, en Francia; Spenser, Marlowe y Shakespeare, en Inglaterra; Erasmo, en Holanda, Lutero, en Alemania. El arte se transformó, aunque siguió en parte al servicio del ideal cristiano, se paganizó en espontánea alabanza de la belleza del mundo y del hombre; alcanzaron un florecimiento sin igual la pintura (Leandro, Miguel Ángel, Rafael, Tiziano, Morales, El Greco, Durero, Holbein, van Erick), la arquitectura (Brunelleschi, Bramante, Berinini, Palladio, Lorenzo Vázquez, Alonso de Covarrubias, de I'Orme, Lescot, Wren, Jones) y la escultura (Miguel Ángel, Donatello, Ghiberti, Verrochio, Della Robbia, Sansovino, Berruguete), lo mismo que las artes menores, como la orfebrería, joyería, tapicería, grabado, cerámica, etc., y se tuvo un aprecio muy elevado de la industria y la artesanía. En lo científico, se revivieron los conocimientos antiguos en matemáticos, astronomía, física y medicina; la imprenta permitió una amplia difusión de las ideas; los descubrimientos marítimos ampliaron la geografía; Copérnico, Kepler y Galileo fundaron la astronomía moderna, mientras que Francis Bacón y René Descartes expusieron el método científico experimental; los primeros centros del Renacimiento fueron las ricas ciudades del norte de Italia, con cuya cultura tomaron contacto directo los demás pueblos de Europa en virtud de las expediciones militares del siglo XVI; los reyes franceses, españoles e ingleses llevaron a sus respectivos países a los más eminentes pintores, escultores y arquitectos italianos. Además de esta influencia, en cada país el Renacimiento se desarrolló con características nacionales propias; en Alemania y Holanda, el humanismo tomó un rumbo muy distinto del culto de la belleza y la alegría de vivir de Italia: se inclinó más bien al comercio, la industria y la interpretación personal de la Biblia que desembocó en la reforma y en el rompimiento con la Iglesia Católica. Contribuyeron al renacimiento circunstancias diversas, entre las cuales se anotan; el aumento de la población urbana y la acumulación de riqueza en las ciudades; la secularización del papado bajo Alejandro VI; la decadencia del sistema feudal y la consolidación de los primeros Estados modernos como España, Francia e Inglaterra, la desaparición del Imperio de Oriente al caer Constantinopla en poder de los turcos (1453); Una serie de inventos importantes como la imprenta (1440 - 50), el papel de imprimir, la pólvora, la brújula, el velamen móvil. El descubrimiento de América y las exploraciones marítimas en ambos mundos los convirtieron en movimiento universal.



La nueva ciencia

Muchas de las cosas que sabemos sobre los objetos de la naturaleza y sobre el funcionamiento del cuerpo humano fueron descubiertos por decenas de científicos que trabajaron entre 1450 y 1650. Ahora aprendemos en la escuela que el sistema solar existe, que la Tierra gira sobre sí misma o que la sangre circula en nuestro cuerpo impulsada por el corazón. Esas ideas parecen tan sencillas, que es difícil imaginar que hace 500 años eran desconocidos para el hombre.

Los estudios de aquella época no sólo hicieron muchos descubrimientos. También aprendieron cómo se debe trabajar un científico para entender los problemas que le interesan y para encontrarles explicaciones razonables. Se dieron cuenta de lo importante que es observar con cuidado y medir con precisión, imaginar soluciones y ponerlas a prueba por todos los medios, entre ellos los experimentos.

Gracias a estos estudios aprendimos que un científico sólo sostiene lo que ha investigado y le parece verdadero, pero que está dispuesto a modificar sus ideas si la realidad le demuestra que está equivocado.

La curiosidad y la inteligencia de aquellos hombres abarcaron todos los campos. Estudiaron a los animales, a las plantas y a las sustancias que existen en la naturaleza. Hicieron avanzar las matemáticas e inventaron los primeros instrumentos de observación, como el telescopio. Pero entre todos sus descubrimientos, tal vez los más notables fueron entender los movimientos de la Tierra y conocer cómo es por dentro el cuerpo humano.

Fue un astrónomo nacido en Polonia, llamado Nicolás Copérnico, quien afirmó a mediados del siglo XVI que la Tierra no es el centro del Universo, sino que gira en torno al Sol. Años más tarde Juan Kepler descubrió cómo se mueven los planetas y Galileo Galilei, utilizando un telescopio que él mismo construyó, observó la superficie de los planetas y encontró que varios de éstos, como Júpiter, tenían también satélites.

El conocimiento del cuerpo humano tuvo un gran avance gracias a los investigadores médicos, que se atrevieron a hacer disecciones en cadáveres, lo cual estaba prohibido por la iglesia y era

considerado un acto de brujería. De todos estos médicos, el más notable fue Andrés Vesalio, quien hizo cientos de disecciones y estudió cuidadosamente cada músculo, hueso y órgano del cuerpo humano. El mismo dibujó las láminas de ana-

tomía del libro que se imprimió en 1543, y que tal vez sea la más influyente obra de medicina que se ha escrito.

Muchos de los científicos de esta época, además de su talento y su imaginación, tuvieron una gran valentía personal. Arriesgaban su seguridad y su prestigio al sostener ideas contrarias a las admitidas por la iglesia y por los especialistas. Tampoco tenían miedo a ser ridiculizados o considerados locos por las gentes de su tiempo.



Hubo un nuevo método científico que fue una condición necesaria para toda la evolución técnica que tuvo lugar después del Renacimiento. Que consistía ante todo en investigar la naturaleza con los propios sentidos.



Pero en 1543 salió un librito que se llamaba Sobre las revoluciones de los orbes celestes, escrito por el astrónomo polaco Copérnico, que murió el mismo día que salió el libro. Copérnico sostuvo que no era el sol el que giraba en órbita alrededor de la Tierra, sino al revés. Opinaba que esto era posible basándonos en las observaciones de que se disponían sobre los astros. El que los hombres hubieran pensado que el sol se movía en una órbita alrededor de la Tierra se debía simplemente a que la Tierra gira alrededor de su propio eje.



A principios del siglo XVLL el astrónomo alemán Johannes Kepler presentó los resultados de unas extensas observaciones que demostraban que los planetas recorren órbitas elípticas, con el sol uno de los focos. También dijo que la velocidad de los planetas se mueve más lentamente cuanto más lejos del sol se encuentra su órbita. Kepler fue el primero en opinar que la Tierra es un planeta en igualdad con los demás planetas. Subrayó además que regían las mismas leyes físicas en todo el universo.



Galileo Galilen también él observaba los astros con telescopio. Estudió

los cráteres de la luna e hizo ver que ésta tenía montañas y valles como la Tierra. Galileo descubrió además que el planeta Júpiter tenía cuatro lunas. No obstante, lo más importante de todo lo que hizo Galileo fue

formular la llamada ley de inercia.



Luego llegó el físico ingles Isaac Newton, que vivió de 1642 a 1727. Él fue quien aportó la descripción definitiva del sistema solar y de los movimientos de los planetas. No sólo explicó como se mueven los planetas alrededor del Sol, sino que también pudo explicar con exactitud por que se mueven así. Lo pudo hacer utilizando, entre otras cosas, lo que llamamos dinámica de Galileo.



Newton formuló lo que llamamos ley de la gravitación universal, esta ley dice que cualquier objeto atrae a cualquier otro objeto con una fuerza que aumenta cuanto más grandes sean los objetos y que disminuye cuanto más distancia haya entre los objetos.



Un rasgo típicamente renacentista en él era el énfasis que ponía en el individuo y en la relación personal del individuo con Dios. A los 35 años Lutero aprendió griego y comenzó la dificultosa labor de traducir la Biblia al alemán. El paso del latín a la lengua popular también fue típico del Renacimiento. Pero Lutero no era renacentista como lo fueron Ficino o Leonardo da Vinci. También fue refutado por humanistas como Erasmo de Rótterdam porque opinaban que Lutero tenía un concepto demasiado negativo del ser humano, que estaba convencido de que el hombre había quedado totalmente destruido tras el pecado original. El hombre puede legitimarse únicamente por la gracia de Dios. Porque la suerte del pecado es la muerte.



Filosofía

La filosofía y la ciencia se iban desprendiendo cada vez más de la teología de la iglesia, lo cual, por otra parte, contribuyó que la fe tuviera una relación más libre con la razón. Cada vez había más voces que decían que no nos podemos acercar a Dios por medio de la razón, porque Dios es de todos modos inconcebible para el pensamiento. Lo más importante para el hombre no era comprender el misterio cristiano, sino someterse a la voluntad de Dios.



El hecho de que la fe y la ciencia tuvieran una relación más libre entre ellas dio paso a un nuevo método científico y también a un nuevo fervor religioso.

La filosofía griega se desprendió de una visión mítica del mundo que iba asociada a la cultura campesina. De esa manera los burgueses del Renacimiento comenzaron a emanciparse de los señores feudales y del poder de la iglesia.



Los humanistas renacentistas tuvieron una nueva fe en el ser humano y en el valor del ser humano, algo que contrastaba fuertemente con el énfasis que había puesto siempre la Edad Media en la naturaleza pecaminosa del hombre. Ahora se consideraba al ser humano como algo grande valioso. Una de las figuras principales del Renacimiento se llamó Ficino. Los humanistas del Renacimiento pusieron al propio ser humano como punto de partida en todo lo que pensaban y hacían.



La naturaleza fue considerada como algo positivo. Muchos pensaban que Dios estaba presente en la Creación. Es infinito, y por tanto también debe estar en todas partes. Tal interpretación se llama panteísmo. Los filósofos medievales habían subrayado ese enorme abismo que existía entre Dios y sé Creación. Ahora se decía que la naturaleza era divina, o más aún, que era una <>.



Pero durante el Renacimiento también floreció lo que podemos llamar él <>, y con eso quiero decir un poder eclesiástico y estatal autoritarios.



El Renacimiento también dio lugar a una <>. A medida que la filosofía y la ciencia se iban independizando de la teología, iba surgiendo una nueva devoción cristiana. Y luego llegó el Renacimiento con su visión individualista del hombre, que también tuvo sus repercusiones en la vida de la fe.



La relación del individuo con Dios se volvía ahora mucho más importante que la relación con la Iglesia como organización.





Arte del Renacimiento

Surgió en la Italia del siglo XV (Quattrocento), al mismo tiempo que los navegantes y exploradores recorrían por vez primera nuestro planeta, los artistas de Europa encontraban formas de expresar sus ideas sobre la belleza y sobre la vida humana.

A esta época del arte se le llama Renacimiento, porque los pintores y escultores, los arquitectos y escritores querían recuperar la libertad y la calidad alcanzadas por el arte de los griegos y los romanos, que descubría de nuevas las fuentes clásicas y reaccionaba contra el estilo gótico, y que ya agotado en la época, el Renacimiento se extendió a todo el occidente de Europa, donde predominó durante dos siglos. En el arte se caracterizó por la liberación casi absoluta del artista y él respecto de las formas y los cánones clásicos.

El renacimiento se desarrolló primero en las ciudades italianas, como Florencia, Venecia y Roma se inmortalizaron Leonardo de Vinci, Rafael, Miguel Ángel, Cellini, el Tiziano, Durero, Van Eyck, Holbein el Joven, etc. En ellas, los nobles, los comerciantes ricos y los jefes de las iglesias, entusiasmados con las nuevas formas del arte, pedían a los artistas la realización de grandes obras y les proporcionaban los recursos necesarios. Los artistas encontraban así una forma de ganarse la vida decorosamente, dedicados a lo que más les importaba en la vida.

Tiempo después, el Renacimiento se extendió a las prósperas ciudades marítimas del norte de Europa, así como a Inglaterra, Francia y España. Nunca antes, en tantos lugares distintos, habían alcanzado las artes un florecimiento tan variado y original.

En Francia, el Renacimiento tuvo gran repercusión: la arquitectura se orientó hacia un vigoroso clasicismo, brilló la escultura (Goujon, Pilon) y floreció una forma nueva de pintura ( Escuela de Fontainebleau ). En España, donde el Renacimiento coincide con el resurgir nacional que imprimió al país el reinado de los Reyes Católicos, las aportaciones italianas, sumadas a la manera mudéjar, originaron el estilo <>, en el que se distinguieron los arquitectos Juan Guas y Enrique de Egas. Durante el reinado de Carlos I alcanzaron gran esplendor la arquitectura (Alonso Covarrubias, Pedro Machuca) y la escultura ( Diego de Siloé, Alonso Berruguete). La influencia italiana, matizada, acabó no obstante por predominar en la época de Felipe II e influyó decisivamente en la arquitectura ( Juan de Herrera, arquitecto de El Escorial, Juan Bautista de Toledo), la pintura y la escultura ( Juan de Juanes, Alejo Fernández, Pedro Berruguete, Luis de Vargas, Luis de Vargas, Luis Morales, etc.) .

Al mismo tiempo que el plateresco en España, y originado de modo semejante, apareció en Portugal el estilo << manuelino >> (Batalha, Belem, Coimbra), que fue italianizándose paulatinamente a partir de siglo XVI.

Los artistas del renacimiento crearon dos tipos principales de obras: una pertenecen a las artes visuales, como la pintura, la escultura y la arquitectura; otras son obras de literatura, como la poesía, la narración y el teatro. En las artes visuales se utilizaron muchos medios distintos: un dibujo en papel o un pequeño retrato pintado sobre una tabla, estatuas de bronce y mármol, o deslumbrantes construcciones en las que se combinaban la belleza de la arquitectura, pinturas realizadas en paredes y techos y complicados trabajos de escultura.

La nueva literatura también tuvo múltiples formas; la poesía con temas amorosos o religiosos, la narración cómica o trágica y el teatro, que se volvió un espectáculo de gran popularidad, en el que se representaban todos los sentimientos y problemas de la vida humana.

La literatura del Renacimiento tuvo una fuerte influencia en la evolución de las lenguas habladas en Europa, porque en las obras más importantes se encontraba un modelo del uso de la gramática, del vocabulario y del estilo de escribir. Esas lenguas, como el español, siguieron cambiando, pero a diferencia de lo que sucede con obras más antiguas como el Poema del Mío Cid, uno puede entender sin grandes dificultades los escritos de la época del Renacimiento.



Música

En la época del Renacimiento entre los siglos XV y XVI, la música empieza a tener gran claridad que la lleva a difundirse hacia todos los ámbitos de la gente del pueblo. Surgen en esta época unos personajes que se encargan de difundir la música, conocimiento, inventos y noticias que ocurren en un lugar y lo llevan a otro. Estos personajes fueron llamados trovadores por la forma errante de vivir y que gracias a estos trovadores la música llega a muchos pueblos. La forma musical más importante del renacimiento se llama Polifonía, que significa:

Polis: muchos y Fono: sonidos. Esta forma musical tuvo tal importancia que la iglesia la adopto y tuvo que cambiar los coros a 2, 4, 8 y hasta 16 voces , ya que la polifonía implicaba el uso de 2 o más melodías.

Los músicos más importantes de esta época son:

Tomás Luis de Victoria: Fue un música español nació en 1549, él compuso Ovos amnes, Ave María, etc.

Grovanni Pierluigi de Elestina: Fue un Italiano, que compuso las siguientes obras: La Misa del papa Marcelo, La mentáciones.



Política y Economía

Hacía finales de la Edad Media habían surgido ciudades con emperadores artesanos y comerciantes con nuevas mercancías, con economía monetaria y banca. Así emergió una burguesía que fue desarrollando una cierta libertad con relación a los conocimientos de la naturaleza. Las necesidades vitales se convirtieron en algo que se podía comprar con dinero.



La apertura técnica que se inició en el Renacimiento derivó hacia telares mecánicos y desempleo, medicinas y nuevas enfermedades, una mayor eficacia de la agricultura y un empobrecimiento de la naturaleza, electrodomésticos como lavadoras y frigoríficos, pero también contaminación y basuras.



Renacimiento y la era de los descubrimientos

Esta es una de cambios muy profundos y rápida: los 200 años que transcurren entre 1450 y 1650. En esos dos siglos, la ambición, la curiosidad y el ingenio de los seres humanos dieron origen a los grandes descubrimientos geográficos, a la invención de la imprenta, al crecimiento de las ciudades, al renacimiento de las artes, el desarrollo de las formas modernas de la investigación científica y a la formación de poderosas naciones europeas como España, Portugal, Inglaterra y Francia.

Estas transformaciones convirtieron a Europa en el continente más poderoso y avanzado del mundo. Algunas viejas civilizaciones, como China y Japón, se aislaron dentro de sus fronteras y evitaron durante algún tiempo la penetración europea. En otras regiones, en cambio, el arribo de los hombres y las técnicas de Europa representó un choque terrible, pues se convirtieron en colonias de las nuevas potencias. Ese fue el caso de las grandes civilizaciones de América y de algunas regiones de África, Asia y Oceanía.



El comercio y el desarrollo de las ciudades

Una de las consecuencias de las Cruzadas fue el establecimiento de un próspero comercio desde el Oriente hacia Europa. Las especias, como se llama desde entonces a la pimienta, el clavo y la canela, así como la seda y la cerámica, llegaban a Constantinopla y Alejandría y desde ahí eran distribuidos por los ricos comerciantes de las ciudades italianas como Génova y Venecia.

El comercio también se desarrolló entre distintas regiones de Europa. Los cereales, el vino, la madera, las telas y los artículos de hierro eran transportados por mar, por los ríos navegables y por los caminos terrestres que se multiplicaron, aunque todavía eran malos e inseguros.

Las ciudades crecieron como consecuencia del comercio y de las actividades industriales, que se realizaban en talleres o en las casas de los artesanos, pues aún no existían las fábricas.

En las ciudades se formó un nuevo grupo social, integrado por comerciantes, fabricantes, prestamistas, médicos y otros especialistas.

Con el tiempo, este tipo de personas adquirió poder y riqueza y empezó a luchar contra los privilegios de la nobleza. Debido a que a las ciudades se les llamaba burgos, a los miembros de este grupo se les denominó burgueses.



Los problemas del comercio

El comercio con Oriente tuvo grandes problemas en el siglo XV. El imperio Mongol había protegido a los comerciantes, pero cuando éste se desintegró las rutas terrestres se hicieron muy peligrosas.

Además, en Asia Menor se había Fortalecido un pueblo guerrero de religión musulmana: los turcos otomanos. En 1453 los turcos se apoderaron de Constantinopla. La hicieron su capital y cambiaron su nombre por el de Estambul. El viejo y debilitado imperio de Bizancio había llegado a su fin y se cerraba la principal vía de paso entre Europa y Oriente. Los europeos necesitaban encontrar un nuevo camino hacia India y China, y se empezaron a hacer nuevos viajes tratando de encontrar caminos.





En busca de nuevas rutas

En 1096 a 1292, en Europa se organizaron ocho expediciones contra los musulmanes, llamadas cruzadas. Las inspiró el deseo de que Tierra Santa, la región donde vivió Cristo, estuvieran en poder de los cristianos. Pero estas luchas tenían también motivos económicos.

Los españoles tenían en la Reconquista su propia cruzada. Isabel, reina de Castilla, se casó con Fernando, el rey de Aragón ( los Reyes Católicos), y sus reinos unidos fueron los más poderosos de la península. Para entonces ya existía el reino de Portugal. Cuando comenzaron a gobernar los Reyes Católicos, los musulmanes habían perdido mucho terreno.

Las guerras contra los musulmanes y el deseo de encontrar rutas hacia el Oriente más rápidas y seguras animaron las exploraciones marítimas europeas. Entre los mejores navegantes figuraban los italianos y los portugueses. A partir del siglo XV, estos últimos comenzaron a navegar por las costas de África en busca de esclavos negros y productos valiosos, como el marfil.

El navegante portugués Bartolomé Días llegó al extremo sur de África y lo llamó Cabo de Buena Esperanza. Al regresar, en 1493, supo que el año anterior Colón había llegado a la India cruzando el Atlántico. ( En realidad había llegado a América, pero entonces nadie sabía que ése era un nuevo continente.)



Cristóbal Colón

Cristóbal Colón (1451 - 1506) era un marino genovés que conocía muy bien las rutas del Mediterráneo y de la costa oriental del Atlántico. Entonces ya se sabía que la Tierra es redonda y Colón estaba seguro de que si navegaba hacia el occidente llegaría a la India.

En 1492, los Reyes católicos tomaron Granada, el último reino musulmán en España. Terminaron así la reconquista y por fin apoyaron a Colón, que llevaba muchos años pidiendo ayuda.

Querían seguir con su cruzada, convirtiendo infieles (como llamaban a quienes no eran cristianos) del otro lado del mar. También querían riquezas; oro, en especial.

En los viajes de exploración y conquista se mezclaban la urgencia de convertir al cristianismo a los infieles, el espíritu de aventura y el deseo de conseguir riquezas. Algunos negociantes se dedicaban a organizarlos y esperaban obtener ganancias.

El 3 de agosto de 1492, las naves de Colón (la Niña, la Pinta y la Santa María) zarparon del puerto de Pelos. El 12 de octubre, llegaron a una isla en la Bahamas. Colón la nombró San Salvador. En ese viaje llegaron también a Cuba y a la isla de Haití, que Colón llamó La Española.

A su regreso, Colón deslumbró a la Corte de lo Reyes Católicos con los maravillosos objetos, animales y seres humanos que traía del otro lado del mar, y con sus relatos de riquezas fabulosas. Isabel y Fernando decidieron financiar un segundo viaje a las Indias, como llamaban los europeos a América. Esa vez Colón llevó quince barcos, con más de mil hombres ansiosos por hacer fortuna.

Consecuencias del viaje de Colón:

Colón creyó que había llegado al Asia. Quizá nunca sospechó que había logrado el encuentro de dos mundos: el antiguo (Europa, África y Asia) y el nuevo, que se llamaría América. En adelante quedarían comunicadas estas dos partes de Tierra, que habían permanecido separadas durante milenios. Entrarían en contacto sociedades distintas y las influencias mutuas cambiarían sus formas de vida.

El encuentro fue terrible para los habitantes del Nuevo Mundo. Los europeos se apropiaron de las tierras y obligaron a los indígenas a trabajar en minas, en la construcción y en las haciendas. Les impulsaron una religión y una forma de vida nuevas. Cuando podían acusarlos de rebeldía o de rechazar el cristianismo, se sentían con derecho a esclavizarlos. Además, con ellos llegaron enfermedades como la viruela, el tifo, la difteria y el sarampión, contra las cuales los americanos no tenían defensas.

Todo esto provocó que muchos naturales ( como llamaron a los indígenas) murieran. En los primeros veinticinco años de ocupación española, la población de las Antillas casi desapareció. España y Portugal explotaron los recursos de América. Después harían lo mismo otras naciones de Europa.

En 1502, durante su cuarto y último viaje a América, cuando navegaba por el golfo de Honduras, Colón se encontró con unos mercaderes que iban en una canoa a un lugar llamado Maya. No quiso seguirlos: rechazó, sin saberlo, una invitación a lo que ahora es una parte de México: Yucatán, que es tierra de los mayas.



La conquista de México

Los españoles ocuparon primero las Antillas, y a partir de estas islas armaron expediciones para explorar el continente. Especialmente a partir explorar el continente. Especialmente a partir de Santo Domingo y de Cuba, que fueron ocupadas por los españoles antes de 1514.

Las expediciones eran pagadas por los propios capitanes y soldados, que las veían como negocio y como aventura. De las ganancias, cada uno recibía la parte proporcional a lo que había puesto. Todos querían hacerse ricos.

Debían bautizar infieles, tomar posesión de las tierras en nombre del rey de España y pagarle, como tributo, la quinta parte de lo que ganaran. Como sucedía con los mexicas, entre los españoles el poder político y el religioso estaban estrechamente ligados.

Expediciones organizadas por Diego Velásquez, gobernador de Cuba, llegaron a Yucatán: hallaron ciudades más ricas que las antillanas. El gobernador Velásquez preparó otra expedición y la puso bajo mando de Hernán Cortés.

Después se arrepintió y quiso detenerlo, pero Cortés partió desobedeciendo sus órdenes.



Las alianzas de Cortés

En febrero de 1519, Cortés salió de Cuba con once y casi 700 soldados. En Yucatán recogió a Jerónimo de Aguilar, quien había naufragado y vivía como sirviente de un cacique maya; hablaba maya y español, y fue muy útil como intérprete.

En el río Grijalva, en el actual Tabasco, los españoles combatieron con los indígenas. Al hacer las paces los nativos les regalaron veinte muchachas. Una de ellas, Malintzin, fue bautizada como Marina y llamada con respeto la Malinche. Malintzin hablaba náhuatl y maya. Pronto aprendió español. Era muy inteligente. Fue intérprete, consejera y compañera de Cortés. Tuvieron un hijo que se llamó Martín.

Al llegar a lo que hoy es el estado de Veracruz, Cortés se dio cuenta que los mexicas eran tan poderosos como odiados. El señor de Cempoala, a quien llamaron el Cacique Gordo, le dijo que le ayudaría a combatir contra Tenochtitlan. Q partir de ese momento, Cortés contó con aliados indígenas. Los señoríos mesoamericanos tenían una larga historia de luchas entre ellos y Cortés aprovechó sus rivalidades.



De Veracruz A Tenochtitlan

Cortés fundó la Rica Villa de la Vera Cruz. El Ayuntamiento de la ciudad (nombrado por el propio Cortés), que según las leyes españolas tenía poderes superiores a los de un gobernador, porque dependía directamente del rey, le dio el mando de la expedición. Así ya no dependía de Diego Velásquez.

En esos días llegaron unos enviados de Moctezuma, quien creía que el capitán español era el dios Quetzalcóatl que había regresado para recuperar su reino, según una antigua profecía. El hueitlatoani le envió a Cortés las vestimentas de Quetzalcóatl hechas de oro, plumas y piedras preciosas, para que se detuviera. Pero los tesoros convencieron a Cortés de que debía llegar a Tenochtitlan. Para que ninguno de sus hombres pudiera negarse a seguirlo, inutilizó sus naves.

Con la mitad de sus hombres y numerosos aliado, Cortés salió hacia Tenochtitlan. A medio camino, legaron a Tlaxcala, donde sostuvieron un combate. Pero luego establecieron con las tlaxcaltecas una alianza definitiva. Después se detuvieron en Cholula, donde atacaron por sorpresa y mataron a muchos de sus habitantes. Cortés dijo que lo había hecho porque querían prepararle una emboscada. O quizá quiso asustar a los mexicas.

Finalmente, Cortés y sus hombres contemplaron, desde el paso que lleva su nombre, entre el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, el valle de México y el espejo de sus lagos Cuando llegaron a Tenochtitlan, su belleza los deslumbró.



En la ciudad de Moctezuma


Moctezuma los aposentó en el palacio de Axayácatl, su padre. Días después, con el pretexto de que los españoles en Veracruz habían sido atacados, Cortés lo tomó preso y dominó la ciudad. Luego encarceló a otros nobles, para dejar sin jefes a los mexicas.

Mientras tanto, a Veracruz llegó una expedición enviada por el gobernador de Cuba contra Cortés que, como sabes, lo había desobedecido. Cortés salió a hacerle frente y dejó parte de su tropa en Tenochtitlan, bajo el mando de Pedro de Alvarado. Un día, los mexicas nobles se engalanaron para celebrar una fiesta en el Templo Mayor. Alvarado los atacó, por codicia, por temor o porque pensó que así los sometería.

Los mexicas sitiaron a los españoles. Días después de que Cortés regresó triunfante, Moctezuma murió. No se sabe si su muerte fue consecuencia de las heridas recibidas cuando lo llevaron a la azotea del palacio para que calmara a su pueblo y éste lo apedreó, o si fue asesinado por los españoles. Su hermano Cuitláhuac lo sucedió en el trono.

Una noche los españoles envolvieron en trapos los cascos de los caballos para huir sin hacer ruido. Pero fueron descubiertos. Dirigidos por Cuitláhuac, los mexicas los derrotaron. Más tarde los españoles llamaron a este episodio la Noche Triste. Se dice que Cortés lloró la derrota al pie de un ahuehuete.




La toma de Tenochtitlan

Cortés se repuso en Tlaxcala. Mientras, en Tenochtitlan se desató una epidemia de viruela. Cuitláhuac murió contagiado. Ocupó su lugar un valiente joven llamado Cuauhtémoc, que organizó al ejército y al pueblo, y fortificó la ciudad.

Cortés puso sitio a Tenochtitlan. Botó al lago trece pequeños barcos, llamados bergantines, con cañones. Destruyó los acueductos para cortar el agua. La ciudad resistió durante más de dos meses. El hambre, la sed y las enfermedades la azotaron. Casa por casa fue destruida. El 13 de agosto de 1521, Cuauhtémoc intentó retirarse para organizar la defensa en otra parte pero uno de los bergantines alcanzó su canoa y lo tomó prisionero.



La conquista espiritual

Con la caída de Tenochtitlan y las alianzas con diversos señoríos indígenas, los españoles se adueñaron del centro de lo que ahora es México. En los años siguientes fueron extendiéndose hacia el occidente, el sureste y el norte. Los territorios más difíciles de someter fueron los del norte, pues las tribus seminómadas de Árido América carecían de ciudades, estaban formadas por grandes guerreros y no querían cambiar su forma de vivir.

Los chichimecas atacaban a los españoles por sorpresa, en terreno pedregoso donde no pudieran perseguirlos a caballo. Iban desnudos y pintarrajeados y lanzaban una lluvia de fechas. Eran muy resistentes; pronto aprendieron a montar. Para pacificarlos, los españoles finalmente tuvieron que ofrecerles caballo, reses, ropa, y convencerlos de que vivieran en pueblos, que muchas veces fundaron con indígenas de otros lugares. Poco a poco surgieron ciudades, conventos, minas y haciendas. Algunas tribus conservaron su independencia hasta principios del siglo XX.

Los religiosos aprendieron las lenguas de la Nueva España, según llamó Cortés a las tierras conquistadas. En ellas predicaron, y publicaron vocabularios, gramáticas y catecismo. Estudiaron a la gente que querían convertir, para comprenderla mejor. Fundaron colegios para educar a los hijos de los señores, que al crecer gobernarían a su gente. Allí los niños aprendían la doctrina cristiana, española, latín, música y pintura.

Mientras tanto habían llegado varias órdenes religiosas: primero los franciscanos, dominicos y agustinos; más tarde los jesuitas. Bautizaron a miles de nativos en ceremonias masivas. Destruyeron templos, códices e imágenes indígenas, que consideraban obra del demonio. Querían sustituir con el cristianismo las antiguas creencias.







La colonización española y portuguesa

La primera etapa está dominada por los españoles y los portugueses y se inicia en el siglo XVI. Los primeros se establecieron a lo largo de casi tres siglos en un vasto territorio, que va desde la alta California y Florida, en el actual Estados Unidos, hasta el extremo sur de América. Los segundos ocuparon las costas de Brasil y empezaron la penetración al interior de esa región.

Los españoles y los portugueses impusieron en las nuevas tierras la religión católica, el idioma y las leyes de sus países de origen. Los territorios colonizados eran considerados un dominio de los reyes de España y de Portugal, quienes designaban a las autoridades que debían gobernar las colonias.

Muy pronto se inició en seas tierras un lento proceso de cambio racial y cultural. Los europeos, los pueblos indios y los africanos traídos a América se fueron mezclando, hasta que a finales del siglo XVIII los descendientes de esas uniones los mestizos- ya eran tan numerosos o más que los indígenas en Iberoamérica.

También cambiaron poco a poco las formas de vida y las costumbres. Las mezcla de influencias culturales produjo algo nuevo, que ya tenía rasgos propios. Aun quienes descendían de europeos, pero habían nacido y crecido en estas tierras, se sentían más americanos - como se llamaban entonces a los habitantes del continente- que españoles o portugueses.



La colonización inglesa y francesa

La segunda etapa se inicia n el siglo XVII, unos 100 años después de la primera. Es entonces cuando emigrantes de Inglaterra, Francia y en menor medida de Holanda establecieron colonias en el Caribe, en la costa atlántica de América del Norte y en las regiones cercanas a los Grandes Lagos, en lo que hoy son Canadá y Estados Unidos. Estos colonizadores tenían varios propósitos distintos: unos querían enriquecerse con el cultivo de plantas como el algodón y el tabaco, otros comerciar con las valiosas pieles de los animales de esa región y otros más vivir en paz y practicar libremente creencias religiosas que eran perseguidas en Europa.

En esas regiones no existían civilizaciones indígenas que avanzadas, ni zonas densamente pobladas. Los pueblos indios practicaban ahí la agricultura de aldea y la cacería intensa. Los colonizadores europeos casi no se mezclaron con estos pueblos, sino que los fueron expulsados de los territorios que ocupaban. Los nuevos pobladores conservaron los rasgos culturales de sus regiones de origen, pero también sentían que debían respetarse sus derechos y sus libertades.

Un maestro del arte: Leonardo Da Vinci








Leonardo Da Vinci
Nació en 1452 en la villa toscana de Vinci, hijo natural de una campesina, Caterina (que se casó poco después con un artesano de la región), y de Ser Piero, un rico notario florentino. Italia era entonces un mosaico de ciudades-estados como Florencia, pequeñas repúblicas como Venecia y feudos bajo el poder de los príncipes o el papa. El Imperio romano de Oriente cayó en 1453 ante los turcos y apenas sobrevivía aún, muy reducido, el Sacro Imperio Romano Germánico; era una época violenta en la que, sin embargo, el esplendor de las cortes no tenía límites.

A pesar de que su padre se casó cuatro veces, sólo tuvo hijos (once en total, con los que Leonardo acabó teniendo pleitos por la herencia paterna) en sus dos últimos matrimonios, por lo que Leonardo se crió como hijo único. Su enorme curiosidad se manifestó tempranamente, dibujando animales mitológicos de su propia invención, inspirados en una profunda observación del entorno natural en el que creció. Giorgio Vasari, su primer biógrafo, relata cómo el genio de Leonardo, siendo aún un niño, creó un escudo de Medusa con dragones que aterrorizó a su padre cuando se topó con él por sorpresa.





Consciente ya del talento de su hijo, su padre lo autorizó, cuando Leonardo cumplió los catorce años, a ingresar como aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio, en donde, a lo largo de los seis años que el gremio de pintores prescribía como instrucción antes de ser reconocido como artista libre, aprendió pintura, escultura, técnicas y mecánicas de la creación artística. El primer trabajo suyo del que se tiene certera noticia fue la construcción de la esfera de cobre proyectada por Brunelleschi para coronar la iglesia de Santa Maria dei Fiori. Junto al taller de Verrocchio, además, se encontraba el de Antonio Pollaiuollo, en donde Leonardo hizo sus primeros estudios de anatomía y, quizá, se inició también en el conocimiento del latín y el griego.



Juventud y descubrimientos técnicos

Era un joven agraciado y vigoroso que había heredado la fuerza física de la estirpe de su padre; es muy probable que fuera el modelo para la cabeza de San Miguel en el cuadro de Verrocchio Tobías y el ángel, de finos y bellos rasgos. Por lo demás, su gran imaginación creativa y la temprana maestría de su pincel, no tardaron en superar a las de su maestro: en el Bautismo de Cristo, por ejemplo, donde un dinámico e inspirado ángel pintado por Leonardo contrasta con la brusquedad del Bautista hecho por Verrocchio.

El joven discípulo utilizaba allí por vez primera una novedosa técnica recién llegada de los Países Bajos: la pintura al óleo, que permitía una mayor blandura en el trazo y una más profunda penetración en la tela. Además de los extraordinarios dibujos y de la participación virtuosa en otras obras de su maestro, sus grandes obras de este período son un San Jerónimo y el gran panel La adoración de los Magos (ambos inconclusos), notables por el innovador dinamismo otorgado por la maestría en los contrastes de rasgos, en la composición geométrica de la escena y en el extraordinario manejo de la técnica del claroscuro.

Florencia era entonces una de las ciudades más ricas de Europa; sus talleres de manufacturas de sedas y brocados de oriente y de lanas de occidente, y sus numerosas tejedurías la convertían en el gran centro comercial de la península itálica; allí los Médicis habían establecido una corte cuyo esplendor debía no poco a los artistas con que contaba. Pero cuando el joven Leonardo comprobó que no conseguía de Lorenzo el Magnífico más que alabanzas a sus virtudes de buen cortesano, a sus treinta años decidió buscar un horizonte más prospero.

Primer período milanés

En 1482 se presentó ante el poderoso Ludovico Sforza, el hombre fuerte de Milán por entonces, en cuya corte se quedaría diecisiete años como «pictor et ingenierius ducalis». Aunque su ocupación principal era la de ingeniero militar, sus proyectos (casi todos irrealizados) abarcaron la hidráulica, la mecánica (con innovadores sistemas de palancas para multiplicar la fuerza humana), la arquitectura, además de la pintura y la escultura. Fue su período de pleno desarrollo; siguiendo las bases matemáticas fijadas por León Bautista Alberti y Piero della Francesca, Leonardo comenzó sus apuntes para la formulación de una ciencia de la pintura, al tiempo que se ejercitaba en la ejecución y fabricación de laúdes.

Estimulado por la dramática peste que asoló Milán y cuya causa veía Leonardo en el hacinamiento y suciedad de la ciudad, proyectó espaciosas villas, hizo planos para canalizaciones de ríos e ingeniosos sistemas de defensa ante la artillería enemiga. Habiendo recibido de Ludovico el encargo de crear una monumental estatua ecuestre en honor de Francesco, el fundador de la dinastía Sforza, Leonardo trabajó durante dieciséis años en el proyecto del «gran caballo», que no se concretaría más que en una maqueta, destruida poco después durante una batalla.



Resultó sobre todo fecunda su amistad con el matemático Luca Pacioli, fraile franciscano que en 1494 publicó su tratado de la Divina proportione, ilustrada por Leonardo. Ponderando la vista como el instrumento de conocimiento más certero con que cuenta el ser humano, Leonardo sostuvo que a través de una atenta observación debían reconocerse los objetos en su forma y estructura para describirlos en la pintura de la manera más exacta. De este modo el dibujo se convertía en el instrumento fundamental de su método didáctico, al punto que podía decirse que en sus apuntes el texto estaba para explicar el dibujo, y no éste para ilustrar a aquél, por lo que Da Vinci ha sido reconocido como el creador de la moderna ilustración científica.

El ideal del saper vedere guió todos sus estudios, que en la década de 1490 comenzaron a perfilarse como una serie de tratados (inconclusos, que fueron recopilados luego en el Codex Atlanticus, así llamado por su gran tamaño). Incluye trabajos sobre pintura, arquitectura, mecánica, anatomía, geografía, botánica, hidráulica, aerodinámica, fundiendo arte y ciencia en una cosmología individual que da, además, una vía de salida para un debate estético que se encontraba anclado en un más bien estéril neoplatonismo.

Aunque Leonardo no parece que se preocupara demasiado por formar su propia escuela, en su taller milanés se creó poco a poco un grupo de fieles aprendices y alumnos: Giovanni Boltraffio, Ambrogio de Predis, Andrea Solari, su inseparable Salai, entre otros; los estudiosos no se han puesto de acuerdo aún acerca de la exacta atribución de algunas obras de este período, tales como la Madona Litta o el retrato de Lucrezia Crivelli. Contratado en 1483 por la hermandad de la Inmaculada Concepción para realizar una pintura para la iglesia de San Francisco, Leonardo emprendió la realización de lo que sería la celebérrima Virgen de las Rocas, cuyo resultado final, en dos versiones, no estaría listo a los ocho meses que marcaba el contrato, sino veinte años más tarde. La estructura triangular de la composición, la gracia de las figuras, el brillante uso del famoso sfumato para realzar el sentido visionario de la escena, convierten a ambas obras en una nueva revolución estética para sus contemporáneos.

A este mismo período pertenecen el retrato de Ginevra de Benci (1475-1478), con su innovadora relación de proximidad y distancia y la belleza expresiva de La belle Ferronière. Pero hacia 1498 Leonardo finalizaba una pintura mural, en principio un encargo modesto para el refectorio del convento dominico de Santa Maria dalle Grazie, que se convertiría en su definitiva consagración pictórica: La última cena. Necesitamos hoy un esfuerzo para comprender su esplendor original, ya que se deterioró rápidamente y fue mal restaurada muchas veces. La genial captación plástica del dramático momento en que Cristo dice a los apóstoles «uno de vosotros me traicionará» otorga a la escena una unidad psicológica y una dinámica aprehensión del momento fugaz de sorpresa de los comensales (del que sólo Judas queda excluido). El mural se convirtió no sólo en un celebrado icono cristiano, sino también en un objeto de peregrinación para artistas de todo el continente.

El regreso a Florencia

A finales de 1499 los franceses entraron en Milán; Ludovico el Moro perdió el poder. Leonardo abandonó la ciudad acompañado de Pacioli y tras una breve estancia en casa de su admiradora la marquesa Isabel de Este, en Mantua, llegó a Venecia. Acosada por los turcos, que ya dominaban la costa dálmata y amenazaban con tomar el Friuli, la Signoria contrató a Leonardo como ingeniero militar.

En pocas semanas proyectó una cantidad de artefactos cuya realización concreta no se haría sino, en muchos casos, hasta los siglos XIX o XX, desde una suerte de submarino individual, con un tubo de cuero para tomar aire destinado a unos soldados que, armados con taladro, atacarían las embarcaciones por debajo, hasta grandes piezas de artillería con proyectiles de acción retardada y barcos con doble pared para resistir las embestidas. Los costes desorbitados, la falta de tiempo y, quizá, las excesivas (para los venecianos) pretensiones de Leonardo en el reparto del botín, hicieron que las geniales ideas no pasaran de bocetos. En abril de 1500 Da Vinci entró en Florencia, tras veinte años de ausencia.

César Borgia, hijo del papa Alejandro VI, hombre ambicioso y temido, descrito por el propio Maquiavelo como «modelo insuperable» de intrigador político y déspota, dominaba Florencia y se preparaba para lanzarse a la conquista de nuevos territorios. Leonardo, nuevamente como ingeniero militar, recorrió los terrenos del norte, trazando mapas, calculando distancias precisas, proyectando puentes y nuevas armas de artillería. Pero poco después el condottiero cayó en desgracia: sus capitanes se sublevaron, su padre fue envenenado y él mismo cayó gravemente enfermo. En 1503 Leonardo volvió a la ciudad, que por entonces se encontraba en guerra con Pisa y concibió allí su genial proyecto de desviar el río Arno por detrás de la ciudad enemiga cercándola y contemplando la construcción de un canal como vía navegable que comunicase Florencia con el mar: el proyecto sólo se concretó en los extraordinarios mapas de su autor.

Pero Leonardo ya era reconocido como uno de los mayores maestros de Italia. En 1501 había causado admiración con su Santa Ana, la Virgen y el Niño; en 1503 recibió el encargo de pintar un gran mural (el doble del tamaño de La última cena) en el palacio Viejo: la nobleza florentina quería inmortalizar algunas escenas históricas de su gloria. Leonardo trabajó tres años en La batalla de Angheri, que quedaría inconclusa y sería luego desprendida por su deterioro. Importante por los bocetos y copias, éstas admirarían a Rafael e inspirarían, un siglo más tarde, una célebre de Peter Paul Rubens.



También sólo en copias sobrevivió otra gran obra de este periodo: Leda y el cisne. Sin embargo, la cumbre de esta etapa florentina (y una de las pocas obras acabadas por Leonardo) fue el retrato de Mona Lisa. Obra famosa desde el momento de su creación, se convirtió en modelo de retrato y casi nadie escaparía a su influjo en el mundo de la pintura. La mítica Gioconda ha inspirado infinidad de libros y leyendas, y hasta una ópera; pero poco se sabe de su vida. Ni siquiera se conoce quién encargó el cuadro, que Leonardo se llevó consigo a Francia, donde lo vendió al rey Francisco I por cuatro mil piezas de oro. Perfeccionando su propio hallazgo del sfumato, llevándolo a una concreción casi milagrosa, Leonardo logró plasmar un gesto entre lo fugaz y lo perenne: la «enigmática sonrisa» de la Gioconda es uno de los capítulos más admirados, comentados e imitados de la historia del arte y su misterio sigue aún hoy fascinando. Existe la leyenda de que Leonardo promovía ese gesto en su modelo haciendo sonar laúdes mientras ella posaba; el cuadro, que ha atravesado no pocas vicisitudes, ha sido considerado como cumbre y resumen del talento y la «ciencia pictórica» de su autor.

De nuevo en Milán: de 1506 a 1513

El interés de Leonardo por los estudios científicos era cada vez más intenso: asistía a disecciones de cadáveres, sobre los que confeccionaba dibujos para describir la estructura y funcionamiento del cuerpo humano. Al mismo tiempo hacía sistemáticas observaciones del vuelo de los pájaros (sobre los que planeaba escribir un tratado), en la convicción de que también el hombre podría volar si llegaba a conocer las leyes de la resistencia del aire (algunos apuntes de este período se han visto como claros precursores del moderno helicóptero).

Absorto por estas cavilaciones e inquietudes, Leonardo no dudó en abandonar Florencia cuando en 1506 Charles d'Amboise, gobernador francés de Milán, le ofreció el cargo de arquitecto y pintor de la corte; honrado y admirado por su nuevo patrón, Da Vinci proyectó para él un castillo y ejecutó bocetos para el oratorio de Santa Maria dalla Fontana, fundado por aquél. Su estadía milanesa sólo se interrumpió en el invierno de 1507 cuando, en Florencia, colaboró con el escultor Giovanni Francesco Rustici en la ejecución de los bronces del baptisterio de la ciudad.

Quizás excesivamente avejentado para los cincuenta años que contaba entonces, su rostro fue tomado por Rafael como modelo del sublime Platón para su obra La escuela de Atenas. Leonardo, en cambio, pintaba poco dedicándose a recopilar sus escritos y a profundizar sus estudios: con la idea de tener finalizado para 1510 su tratado de anatomía trabajaba junto a Marcantonio della Torre, el más célebre anatomista de su tiempo, en la descripción de órganos y el estudio de la fisiología humana. El ideal leonardesco de la «percepción cosmológica» se manifestaba en múltiples ramas: escribía sobre matemáticas, óptica, mecánica, geología, botánica; su búsqueda tendía hacia el encuentro de leyes funciones y armonías compatibles para todas estas disciplinas, para la naturaleza como unidad. Paralelamente, a sus antiguos discípulos se sumaron algunos nuevos, entre ellos el joven noble Francesco Melzi, fiel amigo del maestro hasta su muerte. Junto a Ambrogio de Predis, Leonardo culminó en 1508 la segunda versión de La Virgen de las Rocas; poco antes, había dejado sin cumplir un encargo del rey de Francia para pintar dos madonnas.

Ultimos años: Roma y Francia

El nuevo hombre fuerte de Milán era entonces Gian Giacomo Tivulzio, quien pretendía retomar para sí el monumental proyecto del «gran caballo», convirtiéndolo en una estatua funeraria para su propia tumba en la capilla de San Nazaro Magiore; pero tampoco esta vez el monumento ecuestre pasó de los bocetos, lo que supuso para Leonardo su segunda frustración como escultor. En 1513 una nueva situación de inestabilidad política lo empujó a abandonar Milán; junto a Melzi y Salai marchó a Roma, donde se albergó en el belvedere de Giulano de Médicis, hermano del nuevo papa León X.

En el Vaticano vivió una etapa de tranquilidad, con un sueldo digno y sin grandes obligaciones: dibujó mapas, estudió antiguos monumentos romanos, proyectó una gran residencia para los Médicis en Florencia y, además, trabó una estrecha amistad con el gran arquitecto Bramante, hasta la muerte de éste en 1514. Pero en 1516, muerto su protector Giulano de Médicis, Leonardo dejó Italia definitivamente, para pasar los tres últimos años de su vida en el palacio de Cloux como «primer pintor, arquitecto y mecánico del rey».

El gran respeto que Francisco I le dispensó hizo que Leonardo pasase esta última etapa de su vida más bien como un miembro de la nobleza que como un empleado de la casa real. Fatigado y concentrado en la redacción de sus últimas páginas para su tratado sobre la pintura, pintó poco aunque todavía ejecutó extraordinarios dibujos sobre temas bíblicos y apocalípticos. Alcanzó a completar el ambiguo San Juan Bautista, un andrógino duende que desborda gracia, sensualidad y misterio; de hecho, sus discípulos lo imitarían poco después convirtiéndolo en un pagano Baco, que hoy puede verse en el Louvre de París.

A partir de 1517 su salud, hasta entonces inquebrantable, comenzó a desmejorar. Su brazo derecho quedó paralizado; pero con su incansable mano izquierda Leonardo aún hizo bocetos de proyectos urbanísticos, de drenajes de ríos y hasta decorados para las fiestas palaciegas. Su casa de Amboise se convirtió en una especie de museo, plena de papeles y apuntes conteniendo las ideas de este hombre excepcional, muchas de las cuales deberían esperar siglos para demostrar su factibilidad e incluso su necesidad; llegó incluso, en esta época, a concebir la idea de hacer casas prefabricadas. Sólo por las tres telas que eligió para que lo acompañasen en su última etapa, la Gioconda, el San Juan y Santa Ana, la Virgen y el Niño, puede decirse que Leonardo poseía entonces uno de los grandes tesoros de su tiempo.

El 2 de mayo de 1519 murió en Cloux; su testamento legaba a Melzi todos sus libros, manuscritos y dibujos, que éste se encargó de retornar a Italia. Como suele suceder con los grandes genios, se han tejido en torno a su muerte algunas leyendas; una de ellas, inspirada por Vasari, pretende que Leonardo, arrepentido de no haber llevado una existencia regido por las leyes de la Iglesia, se confesó largamente y, con sus últimas fuerzas, se incorporó del lecho mortuorio para recibir antes de expirar, los sacramentos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Han van Meegeren, el gran falsificador

Van Meegeren, El Falsificador
Este trabajo está dedicado al holandés Van Meegeren, fue un pintor y marchante que ha pasado a la historia como el gran falsificador. Fue un excelente artista, pero se sentía despreciado por los críticos del arte y urdió varías estafas, llegando a pintar por lo menos 15 copias de Jan Vermeer, 3 de Frans Hals, 2 de Pieter de Hoogh y 1 de Terborgh.

Quizá la estafa más conocida sea cuando pintó un cuadro: “Cristo con la mujer adúltera” que hizo ver al mundo de que había descubierto en 1928 una obra maestra inédita del maestro holandés Jan Vermeer, llegando a venderla por 30 millones de marcos al mariscal alemán del III Reich Hermann Göring.

Al terminar la 2ª guerra mundial los aliados requisaron la colección de arte que el nazi Göring escondía en una mina de sal austriaca. Entre los cuadros se hallaba la falsificación de van Meegeren con toda su documentación que ponía en evidencia al marchante holandés. La policía se dirigió entonces a su galería para detenerle por traición a la patria, pues había vendido una obra del patrimonio nacional al enemigo. Van Meegeren se justificó diciendo que, para salvar el original, le había vendido a Göring una falsificación, como era una excusa difícil de creer, sólo tenía dos opciones: la condena a muerte o la cadena perpetua. Cuando se hallaba ante el tribunal, sorprendentemente propuso un trato: pintaría una réplica exacta de una obra maestra del arte holandés y demostraría con ello que era un falsificador.

El tribunal le dio una oportunidad, lo encerraron en un estudio convertido en cárcel y de sus trazos surgió una nueva obra maestra como había hecho en 1938 con “La Última cena” y “El Cristo de Meaux”, exhibidas en el museo Boymans, y consideradas por muchos especialistas mejores que el original. El veredicto no dejó lugar a dudas: le condenaron a un año de prisión. Cumplida la pena Han van Meegeren no pudo disfrutar de la libertad, pues tristemente falleció al poco tiempo de salir de prisión.

También hay que reconocer a Han van Meegeren que pintara numerosas obras propias que demuestran que fue un artista de calidad. En cuanto a sus falsificaciones de los maestros flamencos, especialmente Vermeer, decir que en esa época , las pocas obras catalogadas, no eran del conocimiento general y por esta razón muchos entendidos cayeron en el timo, dado el parecido, la coloración, la temática y el estilo.

Espero que la recopilación de información e imágenes que he recogido sea del interés de los aficionados al arte que frecuentan este blog de arte




Resumen Biográfico


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Van Meegeren o Han van Meegeren - Henricus Antonius van Meegeren (10 de octubre de 1889 en Deventer, Overijssel - 30 de diciembre de 1947 en Ámsterdam), más conocido como Han van Meegeren fue un pintor y retratista holandés, y es considerado como uno de los más ingeniosos falsificadores de arte del siglo XX.

Cuando de niño desarrolló gran entusiasmo por los maravillosos colores usados por los pintores de la Edad de Oro Holandesa y más tarde se propuso llegar a ser un artista. Cuando los críticos de arte despreciaron su trabajo, Van Meegeren sintió que su carrera había sido destruida. Por lo tanto, decidió demostrar su talento a los críticos falsificando pinturas de algunos de los más famosos artistas del mundo, entre ellos Frans Hals, Pieter de Hooch, Gerard ter Borch y Johannes Vermeer. Replicó tan bien los estilos y colores de los artistas copiados que los mejores expertos y críticos de arte de la época consideraron sus pinturas como genuinas y a algunas de exquisita factura. Su falsificación más exitosa fue Los discípulos de Emaús, creada en 1937 mientras vivía en el sur de Francia. Esta pintura fue aclamada por algunos de los más importantes expertos de arte como la mejor obra de Vermeer que habían visto.


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Cristo con la mujer adúltera. Esta obra fue descubierto al final de la segunda guerra mundial, en una mina de sal en Austria, fue pintada y falsificada por Van Meegeren para el mariscal Hermann Goering. En la imagen dos especialistas observan el cuadro.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los holandeses adinerados, esperando prevenir una venta total del arte holandés a Adolf Hitler y al Partido Nazi, compraron vorazmente las falsificaciones de Van Meeregen. Sin embargo, un "Vermeer" falsificado terminó en posesión del Mariscal del Reich Hermann Göring. Luego de la guerra la falsificación en manos de Göring fue descubierta y Han van Meeregen fue arrestado el 29 de mayo de 1945 como colaborador de los nazis, porque pensaron que les había vendido propiedad cultural holandesa. Estos crímenes amenazaban con un largo tiempo en prisión así que el asustado Van Meeregen confesó su falsificación. El 12 de noviembre de 1947 fue condenado por falsificación y fraude y fue sentenciado a un año de prisión, los cuales nunca cumplió, porque antes de ser encarcelado sufrió un ataque cardíaco y murió el 30 de diciembre de 1947. Se estima que Van Meeregen engañó a vendedores por varios millones de dólares.


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Uno de los maestros que gustaba Han van Meegeren; falsificar o inspirarse era Frans Hals en la obra "La Bruja de Haarlem" se muestra a continuación (A la izquierda el original por Frans Hals se muestra, a la derecha es la interpretación de Van Meegeren).


Desarrollo artístico

Han (diminutivo de Henri o Henricus) van Meegeren nació en 1889 siendo el tercero de cinco hermanos de una familia católica de clase media en la ciudad provinciana de Deventer. Fue hijo de Augusta Louisa Henrietta Camps y de Hendrikus Johannes van Meegeren, profesor de historia y francés del Kweekschool (escuela de profesores) de la misma ciudad.


Primeros años

En un primer momento, Han se sintió descuidado e incomprendido por sus padres, porque el viejo Van Meegeren prohibió estrictamente el desarrollo artístico de Han y constantemente se burlaba de él. A menudo era forzado por su padre a escribir cientos de veces la frase: "No se nada, no soy nada, no soy capaz de hacer nada". Mientras asistía a la escuela "Higher Burger School", conoció al profesor y pintor Bartus Korteling (1853 - 1930), quien llegaría a ser su mentor. Korteling había sido inspirado por Johannes Vermeer y le mostró al joven Van Meegeren como Vermeer había realizado mezclado sus colores. Korteling rechazaba al movimiento impresionista y a otras tendencias modernas por decadentes y degenerados, y su fuerte influencia personal probablemente llevó a Van Meegeren a rechazar más tarde los estilos contemporáneos y a pintar exclusivamente en el estilos de la Edad de Oro Holandesa.

El padre de Van Meegeren no compartía el amor al arte de su hijo, y en cambio lo animaba a estudiar arquitectura. En 1907 Van Meegeren, obligado por las demandas de su padre, deja el hogar para estudiar en la Technische Hogeschool (Universidad Técnica) de Delft, la ciudad natal de Johannes Vermeer. Además de sus estudios de arquitectura, Van Meegeren recibió lecciones de dibujo y pintura. Durante sus estudios Van Meegeren aprobó fácilmente sus exámenes preliminares, pero debido a que no deseaba ser arquitecto nunca rindió los exámenes finales. Sin embargo demostró ser un arquitecto apto, y de hecho diseñó la sede de su club de remo (ver imagen). Esta construcción aun existe y ha sido designado como monumento protegido.


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"Meisjeskopje" (Retrato de una niña) En contraste con el amplio panorama de la Iglesia de San Lauren este frágil dibujo se muestra como un ejemplo de su retrato. Van Meegeren hizo este pequeño retrato en Navidad 1920, cuando ya era un gran pretratista.

En 1913 Van Meegeren abandonó sus estudios de arquitectura y se concentró en el dibujo y la pintura en la escuela de artes de La Haya. El 8 de enero de 1913 recibió la prestigiosa Medalla de Oro de la Universidad Técnica de Delft por su Estudio del Interior de la Iglesia de San Lorenzo (Laurenskerk) en Róterdam. El premio era entregado cada cinco años al estudiante que creara el mejor trabajo, y era acompañado por una medalla de oro.

El de 18 de abril de 1912, Van Meegeren contrajo matrimonio con una compañera estudiante de artes, Anna de Voogt, quien estaba embarazada de su primer hijo. Luego de la ceremonia de matrimonio, la pareja se fue vivir con la abuela de Anna en Rijswijk. Su hijo Jacques Henri Emil nació el 26 de agosto de 1912 en esa ciudad. Jacques van Meegeren también fue pintor, y murió el 26 de octubre de 1977 en Ámsterdam.


Carrera como pintor

En el verano de 1914 Van Meegeren se mudó con su familia a Scheveningen. Dio su examen en la Real Academia de Artes de La Haya, recibiendo su diploma de dibujo el 4 de agosto de 1914. El diploma le permitía dar clases, y pronto tomó el cargo de asistente del profesor de dibujo y de historia del arte por un pequeño salario mensual de 75 florines. En marzo de 1915 nació su hija Pauline (más tarde llamada Inez). Para complementar sus ingresos, Han dibujaría carteles e ilustraciones (generalmente tarjetas de navidad, bodegones, paisajes y retratos) para comerciantes de arte. Muchas de estas pinturas son bastante valoradas hoy en día.


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"San Laurens Kerk" en Rotterdam. Cuando todavía era estudiante Han van Meegeren ganó un primer premio en un concurso artístico de su Universidad. Su interior de esta iglesia era muy "esteemd".

Van Meegeren mostró publicamente sus primeras pinturas en La Haya, cuando fueron exhibidas entre abril y mayo de 1917. En diciembre de 1919 fue aceptado como un selecto miembro del Haagse Kunstkring, una exclusiva sociedad de escritores y pintores. En su estudio de La Haya, frente al palacio real Huis ten Bosch, Van Meegeren pintó el dócil Corzo perteciente a la Princesa Juliana. Realizó muchos bosquejos y dibujos de venados y en 1921 pintó Hertje (el cervatillo), que llegó a ser muy popular en los Países Bajos. Van Meegeren realizó muchos viajes a Bélgica, Francia, Italia e Inglaterra y tuvo fama como un retratista talentoso. Ganó magníficos honorarios a través de comisiones de los círculos ingleses y americanos, que pasaban sus vacaciones en la Costa Azul. Sus clientes estaban impresionados por su conocimiento de las técnicas de los maestros holandeses del siglo XVII. Durante toda su vida Van Meegeren pintaría cuadros los cuales firmaría con su propia firma, enormemente diferente a las marcas que usaba en sus falsificaciones.

Su segunda exhibición, cinco años después, esta vez de pinturas religiosas, se vendió bien pero fue rechazada por la crítica sin piedad. En la muestra había un aviso de lo que sería la "Cena de Emaús", una pintura que representa a Jesús, que había aparecido a sus discípulos después de su muerte, siendo reconocido en el momento de partir el pan para ellos.

Según todas las versiones, fue la infidelidad la responsable del quiebre del matrimonio de Van Meegeren con Anna de Voogt, y se divorciaron el 19 de julio de 1923. Anna se marchó a París junto a sus hijos, donde de tiempo en tiempo Van Meegeren visitaba a sus hijos. Se dedicó al retratismo y comenzó la producción de falsificaciones, como una forma de aumentar sus ingresos.

En 1928 se volvió a casar, en Woerden, con la actriz Johanna Theresia Oerlemans (también conocida por su nombre artístico Jo van Walraven), con quien había vivido los últimos tres años. Jo había estado casada con el crítico de arte y periodista, Dr. C.H. de Boer (Karel de Boer), y llevó a su hija Viola a la casa de Van Meegeren. Jo se convertiría en su pareja por el resto de su vida, aparentemente indulgente con su manera extravagante y libertina, además de su alcoholismo, que llegaría a ser un problema en los primeros diecinueve a treinta años. Durante la guerra, Van Meegeren mantuvo una casa separada en Amsterdam para fiestas. Después de 1932, estuvo en casas de la Riviera Francesa, donde Van Meegeren podía evadir más facilmente las preguntas acerca de su misteriosa riqueza.


Las falsificaciones

La iniciación de Van Meegeren en el submundo de los estafadores de arte de La Haya fue fechada como el año 1920, a mas tardar. Su mentor fue un comerciante y pintor, Theo van Wijngaarden, quien había aprendido acerca del negocio del engaño con Leo Nardus. Nardus embaucó a millonarios americanos con innumerables copias, frescos falsos y extravagantes obras desconocidas de artistas famosos hasta 1908, cuando un panel de expertos que incluía a Bernard Berenson y Roger Fry, se reunieron en el hogar de Filadelfia del magnate automotriz P. A. B. Widener y concluyeron que su colección valía menos del cinco por ciento de lo que Nardus le habia cobrado. Descubierta la trampa pero sin exponerla (para ahorrarle a Widener y a otros millonarios engañados de la vergüenza pública), Nardus fue dejado libre y pudo gozar de su pasión por el ajedrez y la esgrima donde ganó una medalla de bronce para el equipo holandés de los Juegos Olímpicos de 1912. Por su parte Van Wijngaarden, con casi menos recursos, perfeccionó una técnica para engañar las pruebas de edad de las pinturas: frotando con alcohol. Mantenía una red de cómplices bien colocados y que se extendían entre Londres y Berlín, quienes podían manejar los fraudes dentro de los comercios establecidos. Carecía de productos de primer nivel, y pintaba bien pero no lo suficiente. Necesitaba un protegido y lo encontró en Van Meegeren.


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Bredius, Abraham "Un inédito Vermeer". (octubre de 1932) Burlington Revista.

En los Países Bajos, Han van Meegeren se había convertido en un conocido y próspero pintor. sus obras Hertje (1921) y Straatzangers (1928) fueron particularmente populares, y hasta 1927 había recibido principalmente elogios por parte de los críticos. Sus primeras imitaciones las pintó en 1923. En 1928, la similitud de sus pinturas con las de los antiguos maestros comenzó a suscitar el reproche de la crítica holandesa, la que en esa época estaba más interesada en el cubismo, el surrealismo y en otros movimientos. Se dijo que el talento de Van Meegeren estaba solo en la imitación y que por eso era limitado. Un crítico escribio que Van Meegeren era "un técnico talentoso que ha hecho un tipo de réplica compuesta de la escuela renacentista, tiene todas las virtudes menos la originalidad." En respuesta a estos comentarios Van Meegeren publicó una serie de artículos agresivos en el periódico mensual De Kemphaan. Entre abril de 1928 y marzo de 1930, y junto al periodista Jan Ubink, Van Meegeren rabió en contra de la comunidad artística, lo que causo la pérdida de la simpatía con la crítica.


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Una colección de auténticas y falsas las firmas que Han van Meegeren utiliza para sus propias obras.

Van Meegeren sintió que su genio había sido erróneamente, y se puso a trabajar para probar a la crítica que él no solo podía copiar el estilo de los maestros holandeses, sino que podía realizar una obras de arte tan magníficas que rivalizaría con las obras de ellos. Se mudó con su segunda esposa, Jo, al sur de Francia y comenzó los preparativos para la falsificación máxima, lo que le tomó seis años (1932-1937). En una serie de primeros ejercicios falsificó trabajos de Frans Hals, Pieter de Hooch, Gerard ter Borch y de Johannes Vermeer. Para el final eligió falsificar la obra maestra del pintor holandés Johannes Vermeer. Vermeer no fue tan conocido sino hasta principios del siglo XX; sus trabajos son escasos (solo cerca de 35 han sobrevivido) y extremadamente valiosos.

Han Meegeren se sumergió en las biografías de los antiguos maestros, estudiando sus vidas, sus ocupaciones, sus técnicas y sus catálogos. En octubre de 1932, el Dr. Abraham Bredius publicó un artículo acerca de una obra recientemente descubierta de Vermeer, la cual describió como una pintura sobre un Hombre y Mujer en una Espineta. La pintura fue vendida más tarde al banquero de Amsterdam, Dr. Fritz Mannheimer.


Inventando la "falsificación perfecta"

En 1932 Van Meegeren y su segunda esposa se mudan a la villa de Roquebrune-Cap-Martin. Ahí se propone definir los procedimientos técnicos y químicos necesarios para crear sus falsificaciones perfectas. Compra lienzos auténticos del siglo XVII y mezcla sus pinturas con materiales crudos (como lapislázuli, albayalde, añil y cinabrio) usando antiguas fórmulas para asegurar su autenticidad. Además usó pinceles de pelo de tejón, similares a los que se sabía que usaba Vermeer. Además uso ciertos productos químicos para que sus pinturas parecieran tener 300 años. Después de terminar una pintura, las horneaba entre 100 y 120ºC para endurecerlas y luego las enrollaba en un cilindro para aumentar las grietas. Finalmente lavaba las pinturas en tinta china para rellenar las grietas.

Le tomó seis años elaborar sus técnicas. Dos de las pinturas usadas en las pruebas eran "Vermeers". Van Meegeren no las vendió, y ambas están actualmente en el Rijksmuseum.


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Jugadoras de Cartas, un supuesto Vermeer falsificado.

Después de un viaje a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, Van Meegeren pintó Los discípulos de Emaús, usando los colores azul marino y amarillo que usaban Vermeer y los pintores de la Época de Oro. Después de saber que los expertos asumieron que Vermeer había estudiado en Italia. Van Meegeren usó La cena de Emaús de Caravaggio, localizado en la Pinacoteca de Brera, como modelo para su próximo trabajo. Siempre había buscado seguir los pasos de los maestros, y sintió que con esta obra lo había logrado. Dio esta falsificación a su amigo el abogado C. A. Boon, diciéndole que era un Vermeer original, y le pidió que se lo mostrara al famoso experto , Dr. Abraham Bredius, quien vivía cerca de Mónaco. Bredius la examinó en septiembre de 1937, y a pesar de unas dudas iniciales la aceptó como un Vermeer genuino.

La pintura fue adquirida por la Rembrandt Society por 520.000 florines (alrededor de US$4.000.000 actuales) con la ayuda del magnate naviero Willem van der Vorm, y donado al Museo Boymans Van Beuningen de Róterdam. En 1938, la obra fue destacada en una exhibición especial en Museo de Róterdam junto a otras 450 obras maestras holandesas datadas entre el 1400 y el 1800.

En el verano de 1938, Han van Meegeren se mudó a Niza. Usando lo recaudado por la venta de Los discípulos de Emaús, compró una propiedad de 12 habitaciones en Les Arènes de Cimiez. En sus muros colgó varias obras de los maestros, esta vez genuinas. Aquí fueron realizadas dos de sus mejores falsificaciones, con la firma de Pieter de Hooch. Además pintó una Última Cena en el estilo de Vermeer.

En septiembre de 1939, con las amenazas de la Segunda Guerra Mundial, Van Megeeren volvió a Holanda. Se hospedó en un hotel de Amsterdam por varios meses y en 1940 se mudó a la villa de Laren. Durante 1941 compendió sus diseños, los cuales se publicarían en 1942 como Han van Meegeren: Teekeningen I, un enorme y lujoso libro. Durante este tiempo también hizo varias falsificaciones, todas ella firmadas por Vermeer. El 18 de septiembre de 1943 se separó de su segunda esposa, Jo Oerlemans. Pero el divorcio fue realizado solo como una formalidad para transferir una gran parte de su capital a la cuenta de ella como salvaguarda contra las incertidumbres de la guerra.

En diciembre de 1943 se mudaron a Amsterdam, donde ocuparon una residencia en uno de loas más exclusivos lugares de la ciudad. Sus falsificaciones le habían dado entre 5,5 y 7,5 millones de florines (aproximadamente US$25 a 30 millones actuales). Usaba su dinero para adquirid una gran cantidad de bienes raíces, joyas y obras de arte, además de mantener su lujoso estilo de vida. En una entrevista de 1946, afirmó tener 52 casas y 15 casas de campo en Laren, entre ellas hermosas mansiones a lo largo de los famosos canales de Amsterdam.


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Mujer leyendo música. Falsificación de van Meegeren conservada en el Rijksmuseum.


La falsificación de Hermann Göring

Durante la ocupación de los Países Bajos por parte de Alemania, uno de los agentes de Van Meegeren vendió un Vermeer falsificado, Cristo con la adúltera, al banquero y comerciante de arte nazi Alois Miedl, en 1942. Los expertos pudieron haberlo identificado como falso debido a que como la salud de Van Meegeren había decaído, lo mismo ocurrió con sus trabajos. Era adicto al tabaco y a las píldoras para dormir y bebía fuertemente. Afortunadamente para Van Meegeren no habían Vermeers genuinos disponibles para comparar, porque la mayoría de los museos estaban en almacenes protectores para prevenir daños producidos por la guerra. Posteriormente Miedl vendió la obra al Mariscal del Reich Hermann Göring por 1,65 millones de florines (US$7 millones actuales).


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El Mariscal del Reich Hermann Göring, uno de los últimos embaucados por Han van Meegeren

Göring expuso la falsificación en su residencia de Carinhall (65 kilómetros al norte de Berlín). El 25 de agosto de 1943 ocultó su colección de obras de arte saqueadas, incluyendo el Cristo y la adúltera, en una mina de sal austríaca junto a otras 6.750 obras de arte saqueadas por los nazis. El 17 de mayo de 1945, las fuerzas aliadas ingresaron a la mina, donde el capitán Harry Anderson descubrió el previamente desconocido "Vermeer".

En mayo de 1945, las fuerzas aliadas interrogaron al banquero y comerciante de arte Alois Miedl referente al recientemente descubierto Vermeer. Basados en la confesión de Miedl la pintura fue rastreada hasta llegar a Van Meegeren. El 29 de mayo de 1945 Han van Meegeren fue arrestado y acusado de fraude y de ayudar y amparar al enemigo. Quedó en prision preventiva en la cárcel de Weteringschans. Las autoridades amenazaron a Van Meegeren con una larga condena por los cargos de presunto colaborador nazi y saqueador de propiedad cultural holandesa. Ante este oscuro panorama, y después de pasar tres días en prisión, confesó ser el autor de las falsificaciones atribuidas a Vermeer y Pieter de Hooch. Tomó algún tiempo verificar esta información y Van Meegeren estuvo detenido por varios meses en el cuartel general del Comando Militar en Amsterdam. Entre julio y diciembre de 1945, y en presencia de reporteros y testigos, Van Meegeren pintó su última falsificación, Jesús entre los doctores, también llamado El joven Cristo en el templo. Luego del juicio fue trasladado a la prisión Blauwkapel. Fue liberado en enero o febrero de 1946.


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Juicio contra Hans van Meegeren de 57 años. Es un pequeño hombre con un bigote bien recortados, aunque tiene un crecimiento de dos días de la barba de su estancia en la cárcel. Su estancia la cárcel no ha afectado a su postura, que es recto y orgulloso. Él es directo, pero amable y habla con un acento de clase alta afectadas. Los años de guerra han sido muy fácil en Han.


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Después de un comienzo prometedor de su carrera artística nunca se ganó el respeto de la creación de arte, que considera Meegeren Van a ser más de un ilustrador glorificado. Se convirtió más conocido como pintor de retratos de los nuevos ricos y él mismo ha logrado adquirir una fortuna que no puede explicarse por su ingreso como artista.


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La motivación. El dinero fue un segundo motivo de Van Meegeren. Su principal motivo fue la venganza contra el mundo del arte que él rechazó.


Juicio, sentencia y muerte

El juicio a Han van Meegeren comenzó el 29 de octubre de 1947 en la sala 4 de la Corte Regional de Amsterdam. Los cargos de colaboración habían sido bajados, luego que el panel de expertos dictaminara que el "Vermeer" vendido a Hermann Göring era una falsificación y por lo tanto no era propiedad cultural de los Países Bajos. El fiscal público, H. A. Wassenbergh, hizo cargos de falsificación y fraude contra Han van Meegeren, y demandó que el acusado cumpliera dos años en prisión por sus crímenes.


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La corte encargó a un grupo internacional de expertos a discutir la autenticidad de las pinturas de Van Meegeren. La comisión incluía a conservadores, Profesores y doctores de los Países Bajos, Bélgica e Inglaterra, y era encabezado por el director del laboratorio químico de los Museos reales de Bellas Artes de Bélgica, Dr. Paul Coremans. La comisión examinó las pinturas de Vermeer y de Frans Hals que Han van Meegeren había diseñado como falsificaciones. Con la ayuda de la comisión, el Dr. Coremans fue capaz de determinar la composición química de las pinturas de Van Meeregen. Encontró que Van Meegeren había preparado sus pinturas mezclándolas con la unión plástica del agente Albertol, una resina de fenolformaldeído. Una botella con exactamente ese ingrediente fue encontrado en el estudio de Van Meegeren. Este componente químico fue lanzado y elaborado en el siglo XX, probando que los "Vermeers" y los "Frans Halses" examinados por la comisión no fueron pintados por los maestros holandeses en el siglo XVII, sino que fueron esfuerzos recientes hechos por Van Meegeren.[30] De este modo, los resultados obtenidos por la comisión parecían confirmar que los trabajos eran falsificaciones creadas por Van Meegeren, pero su autenticidad continuaría siendo debatida por algunos expertos hasta 1967 y 1977, cuando fueron usadas nuevas técnicas de investigación para analizar las pinturas.


Image Foto de Van Meegeren en el juicio

El 12 de noviembre de 1947 la Cuarta Cámara de la Corte Regional de Amsterdam declaro a Han van Meegeren culpable de falsificación y fraude, y fue sentenciado a una prisión mínima de un año. El 26 de noviembre de 1947, el último día para apelar al fallo, Van Meegeren sufrió un ataque cardíaco y fue llevado al hospital Valeriuskliniek de Amsterdam. El el hospital, Van Meegeren sufrió un segundo ataque el 29 de diciembre, y fue declarado muerto a las 17 horas del 30 de diciembre de 1947 a los 58 años de edad. Su familia y varios cientos de amigos asistieron a su funeral en la capilla Driehuis Westerveld Crematorium. En 1948 su féretro fue enterrado en el cementerio general de la villa de Diepenveen (Municipalidad de Deventer).


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Antes de su juicio Han van Meegeren demuestra su técnica de falsificación ante un panel de expertos, pintando su última falsificación "Jesús entre los Doctores"


Secuelas

La corte ordenó que el patrimonio de Van Meegeren fuera subastado y lo recaudado por la venta de sus propiedades y falsificaciones fuera reembolsado a los compradores de sus trabajos y se pagaran los impuestos por la venta de sus pinturas. En diciembre de 1945 Van Megeeren se había declarado en bancarrota. El 5 y 6 de septiembre de 1950, el mobiliario y otras posesiones de la casa de Van Meegeren en Amsterdam fueron subastados por orden de la corte, junto a otras 738 piezas de mobiliario y obras de arte, que incluían numerosas pinturas de su colección privada. La casa fue subastada por separado el 4 de septiembre. Junto a su casa de Amsterdam, estimada en 65.000 florines, lo recaudado en total sumó 123.000 florines. La obra sin firmar de Van Megeeren, La última cena I, fue comprada en 2.300 florines, mientras que la falsificación Jesús entre los doctores (pintada mientras estaba detenido) se vendió en 3.000 florines (alrededor de US$7.000 actuales). Actualmente la pintura cuelga en una iglesia de Johannesburgo. La venta del patrimonio completo de Van Meegeren se estima que sumó 242.000 florines (medio millón de dólares actuales).

Durante todo el juicio y bancarrota, Van Megeeren mantuvo que su segunda esposa, Jo, no tuvo nada que ver con la creación y venta de las falsificaciones. Una gran parte de su considerable riqueza había sido transferida a ella cuando se divorciaron durante la guerra, y el dinero habría sido confiscado si durante el juicio si hubiera sido declarada cómplice. A todos los autores, periodistas y biógrafos Van Megeeren le dijo la misma historia: "Jo no lo sabía" y se le creyó. Sin embargo algunos biógrafos creen que Jo debía haber sabido la verdad. Su participación nunca fue probada por lo que pudo conservar su importante capital. Jo sobrevivió a su marido varios años, siempre con grandes lujos, hasta su muerte a los 91 años.


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Han van Meegeren Mansión del Primavera en Roquebrune Cap Martin. Fue aquí, en 1936, donde Van Meegeren pintó su falsificación "Cristo y los discípulos en Emaús", que vendió por alrededor de $ 300.000.



La objeción de M. Jean Decoen

M. Jean Decoen, un experto y restaurador de arte de Bruselas, indicó en su libro de 1951 que creía que dos de las pinturas de Van Megeeren, Los discípulos de Emaús y La última cena II, eran Vermeers genuinos. Decoen llegó a establecer que las conclusiones del equipo del Dr. Paul Coreman estaban equivocadas y que las pinturas debían ser examinadas nuevamente.

El comprador de La última cena II y otras pinturas, el empresario naviero Daniel George van Beuningen, exigió que el Dr. Paul Coreman admitiera públicamente que había errado en su análisis de las pinturas de Van Megeeren. Cuando Coreman se rehusó, Van Beuningen lo demandó, afirmando que la injusta calificación que hizo Coreman de La última cena II disminuyó el valor de su "Vermeer"y pidió una compensación de £500.000 (US$10 millones actuales). El juicio se fijó para el 2 de junio de 1955 pero fue retrasado debido a que Van Beuningen murió el el 29 de mayo de 1955. Aproximadamente siete meses después la corte escuchó el caso a nombre de los herederos de Van Beuningen, pero falló en favor de Coreman y los descubrimientos de la comisión fueron confirmados.


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Director y jefe de restaurador en el Museo Boymans de Rotterdam admiran el descubrimiento reciénte del cuadro de Emaús de Johannes Vermeer que ocho años más tarde, pareció ser una falsificación hecha por Han van Meegeren.



Falsificaciones de Han van Meegeren


Esto no es una lista exhaustiva de las falsificaciones de Han van Meegeren, sino quiza las obras más conocidas:

- Los discípulos de Emaús ("Vermeer")
- La cabeza de Cristo ("Vermeer")
- La Última Cena, 1 ª versión ("Vermeer")
- La Última Cena, 2 ª versión ("Vermeer")
- La bendición de Jacob ("Vermeer")
- Cristo con la mujer adúltera ("Vermeer")
- El lavatorio de los pies ("Vermeer")
- Hombre y mujer en una espineta ("Vermeer")
- Interior con Cardplayers ("Pieter de Hoogh")
- Interior con bebedores ("Pieter de Hoogh")
- Mujer leyendo una partitura de música ("Vermeer")
- Mujer tocando un instrumento musical ("Vermeer")
- Retrato de un hombre ("Terborgh")
- Mujer bebiendo ("Frans Hals")
- Jesús entre los doctores ("Vermeer")
- Niño fumando ("Frans Hals"), atribuido a Van Meegeren, c. 1922
- Riendo Cavalier ("Frans Hals"), atribuido a Van Meegeren, c. 1922
- Chica con el lazo azul ("Vermeer"), atribuido a Van Meegeren, c. 1923
- Chica sonriente ( "Vermeer"), atribuido a Van Meegeren, c. 1925
- La costurera ("Vermeer"), atribuido a Van Meegeren, c. 1925
- La "Greta Garbo Vermeer" atribuido a Van Meegeren, c. 1930

A continuación podemos ver las obras "falsificadas" con más detalles.


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Los discípulos de Emaús ("Vermeer") 115 x 127 cm, pintado hacia 1936-37. Esta es la mejor y también el más famoso de todos los Van Meegeren falsificaciones. Fue pintado en su villa en Roquebrune en el sur de Francia, en un lienzo del siglo 17 por un desconocido pintor que representa un tema religioso,El aumento de la de Lázaro. Este lienzo de madera y su camilla fueron cortados en el lado izquierdo para adaptarse a las proporciones de la proyectadaEmaús. Van Meegeren dice que mantendrá la tira de tela y las dos piezas de tan retirado en camilla, pero sólo un pedazo de camilla (y no tira de tela) se encuentra realmente en su casa por la policía. Sin embargo, los anillos anuales y un hoyo de gusano sobre este pedazo de madera sobre las que corresponde exactamente al borde de la camilla. Los rayos X revelan las huellas de un subyacente pintado aproximadamente en la cabeza (aunque no exactamente) la posición de que Van Meegeren había dicho que uno se encuentre.

Van Meegeren venden esta pintura a través de intermediarios, un viejo amigo abogado, el Dr. GA Boon, y el distribuidor Hoogendijk. La historia fue que Van Meegeren se había pedido a vender esta y otras imágenes, que forma parte de una colección de viejos maestros, por una antigua familia holandesa que ahora vive en Italia. Discreción fue requerido como fascistas sería molesto que tan importantes obras de arte habían abandonado el país. Por su parte, el abogado en contacto con el prestigioso historiador de arte, el Dr. Abraham Bredius, que examinó laEmaúsdurante dos días y luego certificado como un auténtico Vermeer, anunciando su descubrimiento en elBurlington Revista. A finales de 1937 la pintura se vendió a través de los Países Bajos el principal distribuidor, DA Hoogendijk, a los holandeses Rembrant-Vereeniging (la Sociedad de Rembrandt), por la suma de 520.000 florines, aproximadamente 1.8 m GB libra hoy en el dinero. Se presentó a la del Museo Boymans, de Rotterdam, donde se creó una sensación.

Hay (o eran) los que sostienen que tanto en el presente y la imagen La Ultima Cena son, en realidad, una verdadera Vermeer.


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Cabeza de Cristo ("Vermeer") 48 x 30 cm, pintado alrededor de 1940. Se cree que es un estudio preliminar de Van Meegeren para la cabeza de Cristo enLa Ultima Cena, Sin embargo, esta imagen fue pintada como una falsa, en un viejo, nuevo lienzo rayado y se destina para la venta. En 1941 se vendió con una historia similar a la de laEmaús a Rotterdam armador D.G. van Beuningen, utilizando como intermediarios de una casa-agente, R. Strijbis, y el distribuidor Hoogendijk. Es descabellado 475.000 florines, aproximadamente 1.2M GB libra hoy.


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La Última Cena, 1 ª versión ("Vermeer") 146 x 267 cm, pintado hacia 1938-39. Según su propia cuenta, este lienzo fue descubierto entre dos hojas de madera contrachapada por el Dr. Coremans en 1949 en una visita a Van Meegeren de una sola vez en la villa de Niza. Curiosamente, a pesar del gran tamaño de esta imagen no había sido encontrado allí por lo menos en dos búsquedas muy profundo algunos años antes. Esta alimentado aún más la controversia sobre la autoría de dos de las pinturas, losEmaús y la "segunda"Ultima Cena. (VéaseArgumento). Decoen, quien cree que elEmaús y la segundaÚltima Cena eran auténticos Vermeers, el pensamiento de este "descubrimiento" por Coremans demasiado para tragar y alegó que esta imagen fue, en efecto, un "falsos falsos" pintado en una fecha posterior y diseñado para fortalecer el caso de que Van Meegeren fue el forjador de la segundoÚltima Cena.


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La Última Cena, 2 ª versión ("Vermeer") 174 x 244 cm, pintado hacia 1940-41. Este fue vendido en 1941 a Van Beuningen, de nuevo a través de Strijbis y Hoogendijk, de 1.600.000 florines, unos 4M GB libra hoy. Van Beuningen pagado por el trabajo no en efectivo sino también en otros, "menor", pinturas de su colección, incluyendo, irónicamente, laCabeza de Cristo.


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La bendición de Jacob 125 x 115 cm, pintado hacia 1941-42. Este fue vendido en 1942 a un rico empresario, W. van der Gusano, una vez más a través de Strijbis y Hoogendijk, de 1.270.000 florines, aproximadamente 3.2M GB libra hoy.


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Cristo con la mujer adúltera 96 x 88 cm, pintado hacia 1941-42. Esta fue la imagen que establecen el gato entre las palomas. Descubierto al final de la segunda guerra mundial, en una mina de sal en Austria, fue pintada por Van Meegeren para el mariscal Hermann Goering, la pintura se remonta a antes Van Meegeren y fue responsable en última instancia de que la falsificación de su carrera en el abierto. En 1942 la imagen había pasado de Van Meegeren a través de las manos de un número de intermediarios hasta que finalmente fue comprada por el Dr. Walter Hofer, en nombre de Goering de 1.650.000 florines, el precio más alto jamás pagado por un Van Meegeren de la falsificación. El precio es el equivalente de 4M GB libra hoy.


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El lavatorio de los pies. 115 x 95 cm, pintado hacia 1942-43. Un fuerte contendiente para la posición de los peores de Van Meegeren de falsificaciones, en 1943 esta pintura, increíblemente, fue comprado por el gobierno holandés. El ir de intermediarios en esta ocasión fueron otro viejo amigo, Jan Kok (que sabía muy poco sobre el arte que nunca había oído hablar de Vermeer!) Y P. de Boer, un distribuidor de Amsterdam. Una comisión del Gobierno se creó para estudiar la obra y, a pesar de que ninguno de ellos le gustó y uno de los miembros, incluso declaró que se trata de una falsificación, se recomendó que el Gobierno compra en nombre del Rijksmuseum. N examen científico, lo que podría haber expuesto el trabajo como una falsa, se llevó a cabo. La imagen se vendió por 1.300.000 florines, aproximadamente 3.2M GB libra hoy.


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Hombre y mujer en una espineta. 65 x 53 cm, pintado hacia 1935-36. Parece que esta imagen no se incluyó en las falsificaciones confesado por Van Meegeren después de su detención y que no se incluyó en los trabajos científicamente probado por el Coremans Comisión. Al parecer es anterior a laEmaús y su objeto es típica de (de hecho, robo de pieza por pieza a partir de) Vermeers tradicional auténtico, en lugar de la última falso "Vermeers" con temas religiosos. Según cuenta a la que usted cree,Hombre y mujer en una espineta se vendió a un Dr. Fritz Mannheimer, un banquero de Amsterdam, a un Sr. o Teersteg de 40.000 florines.


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Interior con Cardplayers 75 x 62 cm, pintado alrededor de 1939. Al igual que los demás "Pieter de Hoogh",Interior con bebedores, Este es un pastiche de otros genuinos de Hooghs, y es especialmente recuerdaInterior holandés en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Que no se había vendido hasta 1941. Una vez más Strijbis Hoogendijk y fueron utilizados como intermediarios, el comprador está Van der vorm (que más tarde fue a comprarIsaac Bendición de Jacob). El precio fue 219.000 florines, el equivalente actual de la GB 550.000 libras.


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Mujer leyendo una partitura de música. 57 x 48 cm, pintado hacia 1935-36. Tradicional (no religioso) "Vermeer", en parte de la cribbedMujer en Azul en el Rijksmuseum, Amsterdam. Esto, al igual que elReproducción de música mujer, Y no vendidos se encuentra en Van Meegeren del Bonito estudio de una década después de que fueron pintadas. Se ha sugerido que nunca se venden porque son demasiado reales como Vermeers en lo que respecta a la materia en cuestión y, por tanto, fue lo que un falsificador podría ser esperar a producir. La concepción de un nuevo tipo de religión "Vermeer", elEmaús, Era un atrevido y original que, por supuesto, un accidente cerebrovascular pagado.


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Mujer tocando un instrumento musical . 63 x 49 cm, pintado hacia 1935-36. Otro "Vermeer" en el estilo más tradicional, que también se encuentra en el Van Meegeren la villa de Niza. Una razón adicional para que no se vende puede haber sido que, de acuerdo con Coremans ", aunque la fotografía se puede dar la apariencia de un buen trabajo, su textura puede inducir a error a nadie". El resquebrajamiento de la superficie de la pintura parece haber sido hecha por móvil que en torno a un cilindro en lugar de simular más de efectos aleatorios de edad.


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Retrato de un Hombre. 30,5 x 25 cm, pintado hacia 1935-36. Retrato en el estilo de Terborgh, sin firmar. Otra de las fotos nunca a la venta y se encuentra en el estudio de Van Meegeren. Puede haber sido concebida como una pieza de la práctica.


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Mujer bebiendo. 78 x 66 cm, pintado hacia 1935-36. Firmado con el monograma "FH" y pintado en el estilo de Frans Hals. Nunca a la venta y se encuentra en Van Meegeren del Bonito estudio.


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Jesús entre los doctores 157 x 202 cm, pintado de julio - septiembre 1945. Pintado bajo la supervisión de la seguridad sobre el terreno holandés Van Meegeren después de la detención. Le habían pedido que haga una copia de laEmaús para demostrar que había pintado el original. Fue una mejor oferta de pintura original "Vermeer" ante sus propios ojos. La imagen nunca fue "de edad", sin embargo.


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Chico fumando. Pintado c.1922. Esta foto fue certificada como auténtica por el Frans Hals conocedor Hofstede de Groot, que de hecho lo compró a sí mismo por la suma de 30.000 florines.


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Caballero riendo. C. pintado 1922. Otra pintura certificada como auténtica por Hofstede de Groot. Sobre la fuerza de este, se vendió a un comprador privado por 50.000 florines. Sin embargo, el comprador presentó de nuevo después de un examen técnico, han demostrado que se trata de un trabajo moderno. Hofstede de Groot se negó a creer, pero en la cara sucia de una acción legal se sintió obligado a comprarlo al mismo precio.


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Chica con el lazo azul. C. pintado 1923. Esta foto fue vendido por el Katz Gallery de Londres, Nueva York a través del distribuidor Hans Schaeffer, a la Sra. Charlotte coleccionista americano Hyde por $ 50.000. Más tarde, cuando las pruebas revelaron que la imagen era una falsificación, la Sra. Hyde intentó obtener su dinero de Schaeffer, quien afirmó que se limitaba a actuar sólo en nombre de Katz, quien fue muerto por este tiempo. En lugar de arrastrar las cosas a través de los tribunales, la Sra. Hyde cortar sus pérdidas y no tomó el asunto.


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Chica sonriendo. C. pintado 1925. Esto es obviamente falso inspirada por el jefe de la niña en el auténtico Vermeer,La Chica con un vaso de vino. El experto en arte alemán Wilhelm von Bode organizado la venta deChica sonriendo al distribuidor americano Joseph Duveen por la suma de 18.000 GB libras (alrededor de 500.000 GB de libras en dinero de hoy). Esto, junto conEl Lacemaker fue vendida por Duveen al banquero americano Andrew Mellon, que donó dos cuadros a la Galería Nacional de Arte en Washington.


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La costurera. C. pintado 1925. Chica sonriendo, Esta foto fue vendido a José Duveen, quien lo vendió a Andrew Mellon, que donó Washington a la Galería Nacional de Arte.
Jonathan López cree que esta imagen es muy buena parte de su tiempo y que la niña se parece a una trampa 1920.


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La "Greta Garbo Vermeer" C. pintado 1930. Llamado por su parecido con Garbo carteles de cine, esta pintura es también conocida comoLa Chica en Antique Vestuario oLa Chica en el Blue Hat. Paul Casirer galería de Berlín organizó la venta de la imagen para el barón Heinrich Thyssen, que más tarde se convirtió en sospechosa de la obra y se lo devolvió a la galería.
Una vez más, Jonathan López, sugiere que la imagen del "treinta" tenía aspecto de van Meegeren subliminalmente a apelar a los gustos de la época.



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Han van Meegeren diseñó este barco-casa para su club de remo mientras estudiaba arquitectura, entre los años 1907 al 1913.



Algunas obras originales de Han van Meegeren


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Autorretrato de Han van Meegeren. Con 35 años aproximadamente. En él se refleja la tristeza del artista, se nota en los detalles de la cara, mezclado con un gusto por la vida. Sólo un gran pintor es capaz de ver más allá de la apariencia exterior de su modelo, en este caso hace una reveladora imagen de sí mismo.


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"Een zomerdag aan het capítulo" (Un día de verano en la playa) Esta acuarela es otro ejemplo de Han van Meegeren la capacidad de pintar y dibujar en muchos estilos.


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"Rembrandtje" (Un pequeño Rembrandt) Han van Meegeren hizo este dibujo de un país-inn, con una pluma de ganso, en el estilo de Rembrandt. Él estaba estudiando arquitectura en Delft cuando hizo esta foto. La imagen no es una falsa - Han van Meegeren firmado con su nombre - es su propia interpretación del estilo de Rembrandt.


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"Nachtlokaal" (Nocturno creado en 1924) Este trabajo es una buena representación de París, refleja la vida nocturna, pero también es una buena foto de Han van Meegeren la personalidad. Amaba la buena vida, buen comedor, fumador y mujerigo. Este trabajo no sólo es una buena foto de París, la vida nocturna, pero también es una buena foto de Han van Meegeren la personalidad. Amaba ganadora, comedor, las mujeres y el tabaquismo.


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"Naakt se reunió Zwarte kousen" (Desnudo con Medias Negrras) De los muchos estilos de Vermeer-falsificador Han van Meegeren aprobado, su erótico pinturas son bien conocidos. En el momento en que se desea copiar pornográfico, aunque hoy no sería visto como "el arte de adultos».


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"Stilleven se reunió Schaal Chino" (Naturaleza muerta con Bowl Chino) Sin embargo, otro ambiente ... Han van Meegeren del amor por los maestros de la Edad de Oro se muestra aquí en su Naturaleza muerta con China Bowl.


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Bella y Mastín


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Busto de Mujer


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El ciervo. Este es el mejor dibujo original conocido de Han van Meegeren


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Retrato de Hombre


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"El violinista". VM Original


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En la imagen Han van Meegeren (58 años), dos meses antes de su muerte y en la segunda imagen su tumba, en un cementerio de Ámsterdam, Holanda.

Nota: Algunos textos están traducidos literalmente y hay que interpretar su significado.

Fuente